Etapas artísticas del pintor


Durante su vida, Gavriloff atravesó distintas etapas artísticas muy influidas por sus experiencias de vida, por la tierra en la que habitó y por la época histórica que le tocó vivir.

1º período (1938 a 1952)

Buenos Aires y la luz

De lo clásico al impresionismo

Este período se caracteriza por el afianzamiento en la técnica, con un estilo que avanza desde lo clásico a lo impresionista, y con un estudio profundo sobre las posibilidades de la luz y sus variabilidades.

En cuanto a sus temáticas, se ve claramente que el artista está casi en una actitud de enamorado de Bs As, lugar donde reside, y pinta con admiración edificios, calles, monumentos y rincones de parques y jardines. Su pintura transmite y experimenta el misterio de la luz bañando paisajes y espacios urbanos.

Sin embargo, la mirada del artista, en su profunda veta humanística y expresionista, comienza a dirigirse hacia el retrato vivo de escenas humanas típicas y pintorescas de un Buenos Aires que se muestra en sus fibras más íntimas.


2º período (1952/53 a 1976)

En búsqueda del corazón de la américa profunda

Del impresionismo al postimpresionismo. Primeras incursiones en el neoexpresionismo y en el neoexpresionismo abstracto.

Y así se prepara el cambio y la evolución de su pintura: el artista desarrolla una concepción del Arte con amplitud, sin elitismos, sin dogmas, en una búsqueda transformadora, en una creación armonizada que necesita horizontes más extensos. Sale de Bs As en 1952 y se vuelca en una extensa gira artística por el interior del país, abarcando desde Córdoba hasta Jujuy y cruzando las fronteras hacia Bolivia y Paraguay.

Y viajando, toma apuntes y pinta cuadros, con deleite, de los paisajes y de las estampas de esa Argentina que se brinda generosa a sus ojos. Y su alma rusa se entrelaza con el alma americana y así surgen estampas de la tierra y de la gente con sus mitos y rituales y mientras crece el sentimiento del artista al ritmo de la profundidad de América, su pintura se apega más a la intensidad de lo anímico y afectivo y la pincelada va soltándose de lo clásico- impresionista, para lograr una expresión más fuerte y profunda de la vivencia que transmitirá al espectador cuando este se encuentre sumergido en su momento contemplativo frente al cuadro.

Surge de esta forma su período post-impresionista, con algunas excursiones experimentales en lo abstracto, que va preparando un nuevo camino, en una nueva experiencia de expresión simbólica, con fuertes y vibrantes sentimientos cada vez más personales y más profundos en la captación de la América. La pintura del artista evoluciona hacia un arte cada vez más personal y más sólido, que manifiesta la profunda evolución interna del proceso creativo y sus posibilidades de manifestación.


3º período (1976 a 1993)

Expresando los sentimientos de la humanidad

Neoexpresionismo y neoexpresionismo abstraccionista

Podemos decir que este período es de una gran innovación, tanto para el desarrollo de la pintura de Gavriloff como para la evolución de la pintura argentina, ya que es pionero introductor del estilo Neoexpresionista en estas latitudes.

Al respecto recordemos lo que el mismo artista explicara en su exposición del año 1976, en San Miguel de Tucumán. Escuchemos las propias palabras de Gavriloff definiendo el Neoexpresionismo:

“Es un movimiento plástico, cuya finalidad es llegar a crear: “una pintura para pensar”. Su objetivo es dotar a una obra pictórica, además de la emoción visual-base de toda creación, de una temática concordante con la hora actual, cuando las circunstancias obligan al artista a expresarse simbólicamente frente a la realidad imperante de nuestra época. Las experiencias del pasado, con todos sus errores, pueden ser volcadas en la obra neoexpresionista, como una advertencia o una crítica, que la Humanidad necesita en su marcha hacia un final, tal vez imprevisto… Cuando se habla de Neoexpresionismo en general, conviene referirse al modo de sentir la realidad que se hace presente por medio de una deformación que destruye todo idealismo objetivo. Con el tiempo, algunas características del expresionismo fueron adoptadas por grupos artísticos unidos, o muy cercanos, al movimiento informal, dando vida al expresionismo abstracto.”

Así su pincelada se concentra en la fuerza expresiva del sentimiento y de la posibilidad transformadora de los sentimientos del espectador, sensibilizado frente a la crudeza de la imagen que contempla. Esta pintura es más que un llamado a la reflexión, es una puesta en vivo de las posibilidades de humanizarse frente al dolor, la injusticia, lo grotesco, con sentimientos renovadores de compasión y…, desde el reconocimiento del sufrimiento del otro, de Amor.

Es así que esta pintura es producida, ya no desde una denuncia a esta decadencia de la Humanidad en el postmodernismo, sino desde una propuesta renovadora de la raíz psíquica y emocional del espectador, que se juega, por así decirlo, en un compromiso frente a la época, a las otras personas y frente a su propia brutalidad y destrucción psíquica, thanática, interna.

Por eso, es posible que después de esta producción, el artista se vuelque a su serie de cuadros de Homenajes a los Grandes Creadores, recuperando su estilo postimpresionista en la pincelada, permitiéndose experimentar en técnicas mixtas y de collage, y destacando las obras que han florecido en la Humanidad para que el Ser Humano trascienda del mundo animal y realice su plenitud en el desarrollo del Espíritu. Un espíritu de cooperación, de paz, de respeto al medio ambiente, a los otros seres vivos que pueblan este planeta, pero que no será posible, hasta que no dejemos salir de nuestro corazón lo destructivo y empecemos a sentirnos compasivos con el sufrimiento .